Objetivo

A veces me sorprendes. Eres una persona sensible pero ha habido momentos en los que has dejado de lado esa sensibilidad y has abordado el tema fríamente. Por ejemplo, cuanto te conté que mi tía y mi abuela habían muerto. Lo sentiste por mi, pero a la vez me hablabas de que es "ley de vida", y que eso lo debía tener presente siempre. Mira, aunque lo sabía, no podía evitar que me doliera.

También en el tema de mis sentimientos hacia Ojos Tristes. Nunca me has entendido. Desde fuera lo has visto como algo pasajero, que tendría que acabar o apuntar hacia una nueva dirección, cuando dentro de mi, era todo lo contrario.

Lo de mi primo es otro punto como estos. Yo estuve muy pensativa al enterarme, más que nada porque trataba de asimilar esa nueva realidad de la que no me había percatado ni por asomo. Nunca tuve sospechas. Y tú lo veías todo muy bien, pensando que exageraba. Ahora que has vivido la misma historia -toda una casualidad, por cierto- te he visto justo como me vi yo. Queriendo que esa persona fuera feliz sea cual sea su condición, pero pensando también lo que se les puede venir encima si los de su alrededor no lo aceptan.

Con estas cosas he podido comprobar que tú lo ves objetivamente -lo cual es normal- pero eso te hace un poco frío y racional. Es muy fácil hablar cuando no se está en el pellejo del otro, pero si se trata de uno mismo...